Muchos, cuando deciden emprender el camino por primera vez le asaltan mil y una dudas de todo tipo. Hace un par de días charlando amigablemente con Eduart, un valiente peregrino que se lanzó a la aventura desde La Reole (Francia), me comentaba el déficit que se encontró en muchos albergues para poder lavar su ropa. Muchos directamente carecen de lavadoras o solamente tienen una. Por lo que, por norma general habrá que esperar turno para poder usarla… Cosa que al bueno de Eduart no le hacía mucha gracia tras una jornada de larga caminata.
Lo que sí tienen la mayoría de los albergues es un lavadero a la vieja usanza, en el cual se puede lavar a mano. Es un opción que parece ancestral pero totalmente valida e igual de eficaz que una lavadora. Esta opción es la que primero descartan los que quieren hacer del Camino de Santiago un viaje de placer.
Después de todo esto y sabiendo que por desgracia todavía no hay una lavandería Caballo Blanco que solucione estas carencias en cada etapa. Os doy unos consejos para el lavado de ropa si os aventuráis hacer el camino:
El jabón: Puedes llevarte un poco de detergente en polvo en algún recipiente, media pastilla de jabón tipo lagarto, o si no quieres añadir más peso a tu mochila un jabón multiusos que te servirá tanto para la ropa como para lavarte tú mismo.
- El tendedero: Normalmente los albergues tiene lugares para tender la ropa, pero lamentablemente cuando los albergues están llenos estos se quedan muy pequeños. La solución a este problema es sencilla, añade a tu equipaje un trozo de cuerda fina de 2 o 3 metros de largo. Con ella podrás hacer un tendal improvisado atándola a algún árbol o añadir una cuerda más al tendedero del albergue.
- Las pinzas: En los albergues nunca hay pinzas así que si no quieres que el viento se lleve tu ropa, mete unas pocas en tu mochila. También puedes sustituir las pinzas por un buen puñado de imperdibles, que son igual de útiles y ocupan mucho menos espacio.
Podéis llamarme romántico, pero una de las estampas del camino más cautivadoras es ver a los peregrinos agolpados en un ¨pilón¨ frotando contra las piedras sus castigadas ropas.
Y recordad que nosotros nos encontramos en pleno paso del camino Portugués para el lavado final.